miércoles, 13 de mayo de 2015

Infidelidad en el Parlamento Inglés

«Siempre he sido una esposa terrible», lamenta la mujer del presidentede los Comunes tras un sonado adulterio con un primo de su marido.

Aunque sucede en el epicentro del poder británico, es todo tan rocambolesco que resulta una amena comedieta bufa.  Sally Bercow, de 45 años, se casó en 2002 con el político conservador John Bercow, de 52, y son padres de tres hijos, el mayor de diez años.  Pero la rubia y alta señora Bercow acaba de ponerle los cuernos por todo lo alto a su pequeño marido, que es el speaker de la Cámara de los Comunes –el equivalente a nuestro presidente- desde hace seis años.  La prensa amarilla ha desvelado que mientras el esforzado Bercow hacía millas en la campaña electoral para ser diputado por Buckingham –lo que logró-, ella invitaba a mudarse a su vivienda de Battersea, frente al Támesis, a Allan, de 57 años, un primo hermano de su marido, con quien compartía aficiones beodas.
A la semana de adulterio en Battersea, Allan, un abogado, también casado, estaba de vuelta con su mujer, tras unas cuantas broncas con Sally.  Pero la prensa destapó la aventura, que hoy es el cachondeo de Inglaterra, sobre todo por la extraversión de Sally: «Siempre he sido una terrible esposa.  No soy buena para el matrimonio», ha confesado entre lagrimones a las puertas de su casa de Battersa, valorada en 1,2 millones de libras, y apoyada en unas muletas, fruto de un accidente de esquí.
Sobre su marido, el presidente de la Cámara, Sally dice que «es una gran persona».  Pero no parece tener demasiadas ganas de volver con él: «No es un hombre débil, lo que pasa es que sabe perdonar.  El problema es que yo no estoy segura de querer ser perdonada».  Y es que no se apea del todo de Allan: «Ha sido un gran amigo y lo sigue siendo.  Me ha dejado el corazón roto».
Ella reconoce que su matrimonio hacía aguas desde hace meses y lo achaca a la obligación de vivir en el Parlamento, donde tiene sus apartamentos el speaker.  Habitar allí le resultaba «insoportable, con todos esos retratos de políticos del siglo XVIII por los pasillos y los controles de seguridad».  Alega que durante seis años le pidió a John inútilmente que se fuesen a vivir a su propia casa, en Battersea, frente a Chelsea y el río.  Al final lo hizo ella, llevándose a sus tres hijos… pero luego vino Allan de visita con el vino y pasó lo que pasó: «Se hicieron novios por su aprecio mutuo por el vino, él la instruyó», explica en el «Daily Mail», el tabloide que levantó la historia, un amigo cotorra con bastante colmillo.  Otros dicen que llevaban ya un año juntos.
Sally, anatómicamente una inglesa típica, alta y de ojos claros, ya había dado grandes espectáculos anteriormente.  En una ocasión posó cubierta con solo una sábana para un periódico gratuito londinense, en pose insinuante y con las casas del Parlamento al otro lado del río. En la entrevista aseguraba que «el poder es afrodisíaco».
También participó en una edición del Gran Hermano británico para famosos, donde fue la primera en ser expulsada. A su marido, ese santo varón llamado John Bercow, aquello no le hizo nada de gracia. Ella alegó que buscaba recaudar dinero para su asociación de ayuda a personas con autismo, el trastorno que aqueja a su hijo mayor, y dice que destinó a esa buena causa los 180.000 euros que ganó en el programa.
La alegre Sally, de buena familia, se formó en Marlbourgh, el mismo colegio de élite para mujeres al que también acudió Samantha Cameron.  Luego intentó Teología en Oxford, pero duró dos años y se dio de baja.  Poco se le pegó poco de tan refinadas instituciones educativas. En 2009 le dio otro susto a John con unas declaraciones en las que comentaba que había tenido sexo casual con desconocidos estando beoda.  También fue polémica una foto besándose en la boca con un bailarín, un artista negro y corpulento.
John Bercow, de origen judío rumano, cuya familia llegó hace cien años a Inglaterra, es un hombre de gran inteligencia, hecho a sí mismo. Hijo de un taxista, fue también el campeón de tenis junior de Inglaterra, pero unas fiebres frustraron su crecimiento y lo tuvo que dejar. Es de corta estatura y al lado de la rubia y alta Sally componen una pareja curiosa.
Como en esta historia no falta de nada, también ha salido a la palestra la mujer de Allan, la abogada Erica Scott-Young. Ambos son padres de un hijo y ella se muestra dispuesta a perdonar los lances adúlteros de su marido. «Esas cosas pasan en muchas parejas y hay que mirar adelante». Erica ha puesto verde a Sally: «Yo no voy a ser una puta mediática como ella», ha declarado a la prensa. Pero Sally, esta vez con buen tino, ha señalado que es incongruente lo que dice con el hecho de que ella también está rajando en los medios. Además, la adúltera añade que algo de culpa tendrá también Allan, «porque dos no bailan el tango si uno no quiere».

John, que la semana que viene sabrá si es reelegido speaker de la Cámara de los Comunes otra legislatura más, sigue viviendo en el Parlamento y guarda silencio sobre el culebrón que rodea a sus venerables canas.

domingo, 15 de febrero de 2015

Marido graba la infidelidad de su esposa

El marido sospechaba que algo pasaba en casa cuando él no estaba, y suponía que su esposa le estaba engañando.  Por ese motivo coloca una cámara escondida frente a la cama del matrimonio.


El resultado es que la pilla in fraganti, justo en el momento en que está desnuda en la cama con su amante.

Mientras sigue grabando con la cámara le asegura que va a subir las imágenes a Internet, y desde luego que lo hace.  En este vídeo que acompaño sólo aparece la parte que se puede hacer pública, pero hay otras copias completas en la red que muestran toda la escena.


Ella no para de decir: “no, no, no querido…”, pero el insiste: “Oh, si, todo está bien…”.  El esposo enfadado le dice que le va a enviar también una copia a su abogado, y que también lo van a ver su hermana y sus pequeños sobrinos.


Le dice que él sabía que algo estaba pasando, no hacía nada en casa.  Pero por fin él le ha cogido.  Ella no alcanza a articular palabras, y trata de cubrirse el cuerpo desnudo y de taparse la cara con las manos, mientras llora.  Minutos antes, no tenía esa vergüenza.

Esposa engaña a su marido en plena boda

En esta ocasión les traigo un vídeo que me encontré hace ya algún tiempo en Internet.


En él se ve como una recién casada, precisamente el día de su boda y durante la misma, se escapa a escondidas con un hombre, que al parecer parece ser el padrino, y comienzan a besarse y a tener sexo.

A los pocos minutos se acerca otro hombre, que parece ser su recién estrenado esposo, que la va buscando.

Por unos pocos segundos no descubre a los dos amantes infieles, los cuales al percatarse de que se acerca, se escapan rápidamente.  El infiel huye como una rata, y ella, ocultando la huida de su amante, se acerca a su novio y se lo lleva en dirección distinga.


Espero que el infortunado esposo vea el vídeo y se percate del error que está cometiendo.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Mujer policía se suicida tras ser infiel

"Gracias por una maravillosa tarde. Sólo espero que podamos repetirlo más seguido.”, escribió Gail Crocker una tarde de diciembre de 2013, en un SMS que envió por error a su marido, que en esos momentos se encontraba de viaje de trabajo en Londres, cuando en realidad iba dirigido a su amante.


El mensaje debía ir dirigido a uno de sus compañeros de trabajo, con quien engañaba a su marido desde hacía varios meses.  El hecho ocurrió en la ciudad de Cornwall, al sur de Inglaterra. 

Al momento que recibió su pareja el mensaje, lejos de dar explicaciones, la mujer, de 46 años, aceptó su responsabilidad. No supo afrontar sus actos y prefirió quitarse la vida antes que dar explicaciones a su esposo.

Cuando su marido se enfrentó a ella, discutieron y ella aceptó lo sucedido pero negó que hubiera pasado en otras ocasiones.  Sin embargo, al día siguiente, Gail condujo su coche hasta un lugar apartado de su casa en Cornwall, y se tomó varios frascos de pastillas, quitándose la vida.


Días después de su muerte, su esposo, con el que llevaba casada 30 años, afirmó a los medios de su país que estaba dispuesto a perdonar su infidelidad.

La esposa del presidente de Estonia

En de agosto de 2014 la revista estonia Kroonika destapaba mediante unas fotografías y un vídeo, que publicó en su web, como la primera dama de Estonia, Evelin Ilves engañaba a su marido, el presidente Toomas Hendrik Ilves.


Al parecer las fotos fueron tomadas en la terrada del café Komeet, en Tallin (Estonia),  que por cierto estaba muy concurrido.  Delante de todo el mundo, y sin ningún recabo se besó apasionadamente con un hombre más joven, y posteriormente ambos en compañía de otra pareja partieron hacia otro lugar desconocido.

La primera dama de Estonia se olvidó de la situación de su matrimonio en un agosto caliente, y besó a su joven compañero, con el que había bailado toda la noche, rompiendo la lealtad a su marido.

El único comentario que hizo ese mismo día fue a través de su cuenta de Facebook: “Ahora estoy en uno de los periodos más difíciles de mi vida. Por favor, pido perdón a todos los que he causado dolor.”.

Al día siguiente viajó a Alemania con destino a los Estados Unidos acompañada de su hija.  Un largo viaje fue el plan de la Sra. Evelin.  En esos momentos de tensión, vale la pena tomar algún tiempo libre, mientras se asientan los sentimientos, y a la niña le vendrá bien, comentó.



domingo, 8 de febrero de 2015

Esposa de amigo con el camarero

Este vídeo me lo encontré en la red, y aunque se subió a finales de 2014, al parecer son imágenes grabadas a principio de 2013.

En las imágenes grabadas con el móvil de un hombre que dice llamarse James, descubre en un Pub a la esposa de su mejor amigo, en cuya boda él mismo había sido el padrino.  Ella se encontraba encima de un chico en situación cariñosa y besándose
Les pregunta que es lo que están haciendo en el bar, insiste en que le diga que está haciendo, y ella contesta que sabe exactamente lo que están haciendo.
Después le pregunta quién es ese tío, y a continuación le pregunta si no es su marido, contestado ella que no.  Y él le dice que no se parece a su marido.
Entonces el acompañante intenta deslumbrar la cámara encendiendo la lámpara de su móvil, James le dice que es una buena idea.
En ese momento, el se presenta y le dice al acompañante, soy James, el padrino y esta es la esposa de mi mejor amigo.  Le pregunta ¿tú eres el camarero?, contestándole, no solo eso pero si lo soy, y James le dice, de acuerdo, excelente.
Entonces, James les desea que pasen una buena noche, despidiéndose y saliendo del local.


sábado, 7 de febrero de 2015

Trabajo extra en la oficina

El pasado 30 de enero de 2015, viernes, se conoció la infidelidad de dos empleados de la famosa compañía de seguros “Marsh, Ltd.”, de Christchurch, Nueva Zelanda.


A la hora de la salida del trabajo, un hombre y una mujer, ambos empleados de la citada compañía, decidieron quedarse cerca de una hora más en las oficinas.  Las fotos nos muestran el trabajo que les había quedado pendiente y en el cual se querían poner al día.

Se desconocen los nombres de los esforzados empleados y lo único que se sabe es que él es gerente de la empresa, está casado y con tres hijos, y ella, que estaba recientemente contratada, acababa de romper con su pareja. 


Desafortunadamente para ellos, los enormes cristales del edificio permitían ver lo que ocurría en el interior a unas decenas de clientes que se encontraban en ese momento en el “Carlton bar and Eatery”, el bar de enfrente.


Los clientes del bar decidieron grabar y fotografiar las escenas, que inmediatamente pusieron en circulación en las redes sociales.  El vídeo se cargó en Facebook, desde donde lo vio la esposa del infiel, así como a los jefes de ambos implicados.  Desde Twitter se difundieron infinidad de imágenes que en unos minutos.  La empleada al enterarse de que se había hecho público su affaire con su compañero, el hombre casado, decidió eliminar inmediatamente su cuenta de Facebook.




La noticia se publicó en el periódico de la ciudad y la empresa de seguros emitió un comunicado respecto a los hechos.  “Estamos muy decepcionados por la conducta de los dos colegas en nuestros locales de Christchurch”, dijo el jefe de la compañía, Grant Milne. “Las acciones inapropiadas de esas dos personas no son representativas de los muchos empleados que tenemos a Marsh”, añadió en la nota de prensa.  Los empleados no se reincorporaron al trabajo en la empresa y se les ha abierto un expediente en averiguación de los hechos, pendiente de la decisión definitiva de la empresa.